Jesús en su último mandato se dirigió no solamente a los Sacerdotes y Diáconos, sino también a los laicos, que tienen también el legítimo derecho de proclamar al Palabra de Dios.
Cuando hablamos de proclamar la Palabra de Dios, estamos hablando de comunicar lo que Dios Quiere decir a su pueblo, de lo que el Señor, crador y Pade de todos, quiere poner en la mente y el corazón de los que lo escuchan, siempre con la finalidad de que esa Palabra produczca frutos de vida eterna.
La comunicación es un arte a través del cual podemos llevar mensajes a los demás. Pero para que ese mensaje que queremos transmitir llegue a los que nos oyen, en una forma clara y precisa, es necesario que usemos los términos correctos.
Otor concepto que debemos entender es Ministerio. En Latín, la Palabra Minsterio significa Servicio. De ahí que un Ministro que ejerce un Ministerio es un servidor de la comunidad.
Cristo resume su vida no en ser servido, sino en servir, y esto nos pone de frente a la importancia que tiene el hecho de servir en cualquier ministerio. El ministerio, el servicio a los demás, nos asemeja a Cristo.
Las últimas palabras de Cristo que encontramos en el evangelio, y que se consideran como el mandato final de Jesús a los apóstoles son: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado” (Mt. 28, 19-20).
Estas palabras de Cristo son también para nosotros, y con ellas Cristo nos manda ir por todo el mundo predicando, ejerciendo el Ministerio de la Palabra. San Pablo nos dice también que la fe entra por la Palabra, y ese es el mandato de Cristo para todos nosotros.
San Marcos 16, 15 nos dice: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la Creación”. Y esa Buena Nueva la anunciamos cuando predicamos y proclamamos la Palabra de Dios.
El lector o proclamador de la Palabra no solo tiene un oficio en la Iglesia; no es digamos un simple predicador o lector y nada más, como quizás mucho lo ven o lo entienden. El proclamar la Palabra de Dios es una Misión Divina, y esa dignidad no la puede ejercer cualquier persona que simplemente lea bien, si antes no ha penetrado en el contenido de esa Palabra, si no vive el Mensaje de esa Palabra.
El Concilio Vaticano II, que comenzó en 1962 y terminó en 1965, fue el que abrió las ventanas para renovar el servicio en la Iglesia, y dió un lugar a los laicos, en la proclamación de la Palabra.
Cuando un lector proclama, está ejerciendo un ministerio tan importante, como el Sacerdote y el Diácono. El Sacerdote no puede comer el Pan de la Eucaristía, si antes no se ha comido el Pan de la Palabra de Dios, porque tiene como oficio transmitir al pueblo los mandatos de Dios.
El lector o ministro de la Palabra, con su presencia y con su voz, debe respetar la dignidad de su ministerio. Hay conceptos muy prácticos que nos ayudan a comprender la dignidad del ministerio de la proclamación de la Palabra. Y esto es algo muy importante, porque quizás sin pensarlo, podemos minimizar o disminuir la dignidad de la Palabra de Dios de muchas maneras, a veces con el vocabulario, y otras veces conformas y actitudes que plantean ciertas interrogantes a los que nos observan.
Deben siempre recordar que aunque el lector es muy importante en la liturgia de la Palabra, es mucho más importante el Mensaje de Dios a su pueblo. La misión del lector ne es más que poner su persona, que es algo secundario, y por tanto, debe presentarse con mucha humildad, y siempre listo y preparado en todo lo que él puede, para que la gente reciba el Mensaje de Dios.
¿Cuál Es La Función del Lector En La Misa?
El lector puede cargar el Libro de los Evangelios en la procesión de entrada (en ausencia de un diácono); un lector proclama la(s) lectura(as) asignadas, y en ausencia del diácono, también lee las Intercesiones Generales. Si el Salmo Responsorial no es cantado, el lector puede que tenga que dirigirlo también.
¿Se Necesita Estar Confirmado Para Poder Ser Un Lector?
Es preferible que el lector haya recibido el Sacramento de la Confirmación. Un lector necesita estar en buen estado sacramental con la Iglesia para que él o ella pueda participar de lleno en la celebración.
¿Necesita Uno Tener Una Edad En Particular Para Poder Ser Lector?
Por lo menos 16 años. Pero más bien el criterio fundamental es tener un claro entendimiento de la lectura asi como su contexto. Un lector necesita ser capaz de leer claramente y audiblemente; interactuar con la asamblea a través del contacto visual y tener conocimiento de los diferentes tipos de textos y los tiempos litúrgicos. Un lector debe sentirse cómodo con el silencio y ser capaz de enfocar la atención de la asamblea en la Palabra de Dios en vez del proclamador.
¿Quién Escoge A Los Lectores Para Las Misas?
Todo candidato deben ser conocido, participar de las celebraciones y debe ser un miembro inscrito de la parroquia. El sacerdote da la aprobación final de los lectores en una parroquia. Es importante que todos los lectores reciban el entrenamiento apropiado y la preparación completa antes de comenzar su ministerio. También se sugiere que los lectores sean bendecidos por el pastor. Para cada celebración se asignan los lectores mediante un calendario de servicio trimestral.
¿Cómo Debe Preparase Un Lector?
Todos los lectores deben tomar tiempo antes de la Misa para estudiar las escrituras y practicar su lectura en voz alta. Practicar diez minutos antes de la Misa no es una preparación debida, pero diez minutos al día durante la semana antes de la Misa si es una práctica adecuada. Los lectores también deben sacar teimpo para orar y leer las otras lecturas del dia para así poder comprender el contexto de su lectura en particular. A través de este estudio y prática, la lectura podrá transformarse en la Palabra Viva de Dios.
¿Qué Recursos Hay Disponibles Para Dar Formación A Los Lectores?
Todos los candidatos deben cumplir con el entrenamiento obligatorio que ofrece la Diócesis que la acredita como ministro de la Palabra. Varios libros pueden asistir a los lectores en su preparación para las lecturas de cada domingo. Idealmente, cada lector debería tener su propia copia del libro. Sin embargo, la preparación de un lector debe ser “sobre todas las cosas espiritual”. Por lo tanto, el tiempo dedicado a la oración diaria y la lectura de las escrituras es esencial para la excelencia de este ministerio.
¿Cómo Hacer Para Inscribirse Al Grupo De Los Ministros De La Proclamación De La Palabra De Dios En Nuestra Parroquia San Matías?
- Acércate al sacerdote y ponte a su disposición. Con su sacerdote, el puede orientar.
- Contactar directamente al grupo de ministros de la Palabra de la parroquia.
- Contactar con la Coordinadora del grupo: Maria Concepcion Jacquez